¿Dónde se ha quedado esa parte de mí que tenía más preguntas que respuestas?
Pregunto.
Y miro a la madrugada
con sus ojos de pantera en luna y azabache aliento
viento de infinitos propios
haciendo acopios de mí
me mira de vuelta
y me dice:
Nunca me voy a ir.
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