Monstruosidades

 

Me gustaría tomarme una cerveza contigo. Contigo sólo. Me gustaría que nos sentáramos en una terraza cerca de Gran Vía a tomarnos una cerveza y que a lo mejor nuestros monstruos se caigan bien y decidan irse juntos a caminar por Malasaña. Que igual a nuestros monstruos les dé por enseñarse el uno al otro sus rincones de la ciudad. Que por ejemplo se digan: mira, aquel local antes era un bar de poesías en el que yo recité una vez. O también: junto a aquel árbol de allá me pusieron una multa una madrugada. O incluso: atiende, en esa esquina de la calle Ruiz a mí me rompieron el corazón.

Y que quizá nuestros monstruos se miren a los ojos un rato largo (casi infinito) y parezca que hayan venido los terremotos a visitar Madrid. Que quizá nuestros monstruos se sonrían tan de cerca que parezca que hayan venido los terremotos a visitar Madrid y no piensen irse nunca. 

Lo que quiero decir es: me gustaría tomarme una cerveza contigo y que tiráramos la ciudad abajo (o, bueno, que dejáramos que lo hicieran nuestros monstruos).