Imagínate una cafetería en la que caben solamente
dos imbéciles alados llenos de magia y en presente
invencibles cuando se miran invencibles cuando se
observan las heridas cuando se abrazan cuando se
tumban en el suelo a leerse un latido y el siguiente
al abrigo del mundo y en la música incandescente.
Comentarios
Publicar un comentario